Detrás del brillo y glamour de nuestras tradiciones de fin de año se esconden infinitas curiosidades. Desde hace siglos, las diferentes civilizaciones han mostrado gran interés por todo lo que rodea a la llegada de un nuevo año, convirtiéndose en un momento de máxima expectación eminentemente marcado por el solsticio de invierno, época en la que unos celebran el nacimiento de Jesús y otros el retorno progresivo de esas horas de luz solar que tanto nos alegran la vida.
Han sido muchas las supersticiones que históricamente han rodeado las horas previas y posteriores a Nochevieja. El año nuevo es sinónimo de magia, alegría y esa indescriptible sensación de que soñar muy fuerte también es posible. Se trata pues de un momento especial en el que cada país adopta una serie de ceremonias y supersticiones para atraer fortuna y prosperidad durante el año entrante.
Muchas de esas costumbres son comunes, como la de los nuevos propósitos, la voluntad para ayudar a los demás, arreglar pertenencias dañadas, saldar deudas etc… Sin embargo, realmente curiosa resulta la manera que tienen las diferentes culturas de atraer energías positivas a su entorno. Son muchas y variadas.
Dicen que nunca se debe barrer un hogar el día de año nuevo ya que con ello también nos deshacemos de nuestra suerte venidera y en muchas zonas del sur de Europa se cree que comer lentejas o al menos tenerlas cerca durante este tiempo atrae riqueza y prosperidad a tu casa.
Para aquellos que les apasiona viajar, por ejemplo, en países como Colombia el hecho de llenar una maleta de ropa y dar una vuelta a la manzana permite soñar con una considerable actividad en este sentido. No obstante, si vuestra hoja de ruta pasa por Italia, debéis tener en cuenta que durante fin de año en algunas ciudades es muy común que los vecinos se deshagan de sus viejos muebles y electrodomésticos de una forma muy peculiar. Tirarlos por la ventana es todo un clásico, así que cuando disfrutéis de un romántico paseo por un bohemio barrio romano no olvidéis mirar hacia arriba de vez en cuando…
Agua: fluidez y movimiento
Dependiendo del país en el que nos encontremos, el agua es un elemento que puede llegar a representar cosas bien contrarias durante la celebración de estas costumbres tan particulares. Sin ir más lejos, en Serbia verter agua es sinónimo de buena suerte, de ahí que no es nada extraño observar de vez en cuando a alguien tirando un vaso de agua por detrás de otra persona para augurarle un buen camino. Para ellos el agua representa fluidez y movimiento, por lo que derramarla ocasionalmente es hasta recomendable.
Para muchas culturas zambullirse en el mar, ríos o lagos el día de Nochevieja es también una forma muy habitual de buscar fortuna. En Serbia, es también habitual que los sacerdotes ortodoxos de Belgrado arrojen crucifijos a las aguas del Danubio para que un puñado de valientes las rescaten del fondo y reciban posteriormente su pertinente bendición. También en Roma, desde 1946, existe la costumbre de tirarse de cabeza al Tiber desde Ponte Cavour como reclamo de un bienestar futuro.
Durante la celebración del año nuevo en Tailandia, la gente tira cubos de agua encima del prójimo para desearle suerte y en Siberia hay quienes se aventuran a realizar un agujero en la superficie de un lago helado para después bucear hasta el fondo y plantar el tronco de un árbol.
Por otro lado, en otros destinos el agua simboliza las lágrimas de tristeza de las que muchos habitantes se quieren deshacer. No importa si es con un vaso o un cubo, salir a la calle y salpicarte con agua en Nochevieja es el mejor modo de dejar atrás el pasado.
Al otro lado del océano Atlántico, una hora antes de la medianoche, los Salvadoreños acostumbran a romper un huevo dentro de un vaso de agua. A la mañana siguiente la forma dejada por el huevo es interpretada de múltiples formas, como también ocurre en Finlandia, lugar en el que se sustituye el huevo por estaño. El surco de este dentro del agua también ejerce de pronostico para quienes creen en estas prácticas.
Por su parte, en Brasil casi un millón de personas se moviliza hasta las playas para rendir tributo a Yemanjá, la diosa del agua. Las costas del país carioca se llenan de pequeños barcos hechos a mano a bordo de los cuales van inmensos ramos de flores que viajan por el océano en busca de fortuna para quienes los fletaron. Hasta el color de la ropa interior que llevan los brasileños tiene su significado. El rosa representa amor, el amarillo prosperidad y el blanco paz y felicidad.
Antes de adoptar nuestros propios rituales de cara a la salida y entrada de año, es importante tener en cuenta que según donde nos encontremos, nuestros actos irán cargados de distintos significados. Si decidimos deshacernos de cosas, debemos asegurarnos de sustituirlas por aquellas nuevas que de verdad nos llenen de felicidad.
Cuando den las doce del día 31 de Diciembre no puede faltar una botella de agua natural Nordic Life en la mesita de noche. La necesitaremos para empezar el año de una forma sana y saludable.