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La Fosa de las Marianas – Un “escape” en el ciclo del agua

El suelo marino se está bebiendo literalmente el agua de los océanos. Diferentes observatorios sísmicos han detectado como la actividad de las placas tectónicas submarinas está afectando al ciclo del agua debido a la masiva filtración de esta por las grietas del fondo del mar.

Especialmente significativo es lo que está sucediendo en un lugar recóndito: la Fosa de las Marianas, el agujero marino más profundo del planeta y punto por el cual se está “desaguando” el océano a diario. Allí, en pleno Océano Pacífico, al este de las Islas Filipinas, se encuentra un abismo de 11 kilómetros de profundidad, cinco veces más largo que el Gran Cañón y bajo cuyas aguas quedaría sepultado hasta el monte Everest.

Bajo el suelo de la Fosa de las Marianas se encuentran dos placas tectónicas que están en continuo movimiento. Mientras se deslizan la una sobre la otra, se van filtrando grandes cantidades de agua por la corteza marina formando cápsulas de roca en las cuales queda atrapada el agua. Hablamos de una profundidad superlativa en la que la presión es mil veces mayor que en superficie y donde la temperatura está ligeramente sobre cero.

Unas condiciones infrahumanas que dan lugar a una serie de reacciones químicas que se van sucediendo bajo el suelo marino, convirtiendo el agua en minerales hidratados que forman una especia de cápsulas de roca húmeda. El agua que va llegando a estos compartimentos situados debajo del manto marino, queda atrapada y se va filtrando a través de las capas inferiores hasta llegar a una profundidad de aproximada de unos 30 kilómetros. La cantidad de agua almacenada en estos “contenedores” sísmicos es asombrosa.

Estudios científicos han confirmado que el agua puede viajar casi 96 kilómetros por la corteza oceánica antes de comenzar a subir de nuevo de múltiples maneras. Concretamente, bajo la Fosa de las Marianas se pueden acumular cantidades de agua hasta cuatro veces superiores a cualquier otro rincón del planeta. Si tenemos en cuenta la encontrada en todos esos otros sitios podríamos estar hablando de unas expectativas mucho mayores de las que se pensaban inicialmente.

Durante el viaje de retorno a la superficie, gran parte de esa agua vuelve en forma de vapor en las diferentes erupciones volcánicas que se suceden a miles de kilómetros de distancia de su lugar de partida original. Pero no todo es positivo. La cantidad de agua que baja a través de la corteza es mucho mayor a la que después vuelve a subir, un factor determinante en la cadena del ciclo hidrológico.

Además, debido a las condiciones extremas que se producen en las profundidades de un lugar como la Fosa de las Marianas, la propia fauna marina adopta una apariencia aterradora proporcional a su entorno. Una colección de fósiles vivientes que apenas han evolucionado con el paso del tiempo. Es como subirse a una máquina del tiempo o visitar un planeta desconocido en el que habitan criaturas que han inspirado la creación de grandes superproducciones de Hollywood. En las lúgubres aguas de este agujero marino nadan imponentes tiburones, pulpos gigantes e incluso animales dotados de bioluminiscencia, algo que les permite vivir en la más absoluta oscuridad.

El agua representa uno de los principales elementos de la tierra, ejerciendo de carburador de muchas otras cosas que dan vida al planeta. Las diferentes investigaciones llevadas a cabo sobre el fondo marino deberán esclarecer si lo acontecido bajo el suelo de la Fosa de las Marianas es solo un eslabón más del ciclo hidrológico o si bien se trata de un aviso sobre fenómeno medioambiental amenazante.

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