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¿Qué tipo de agua bebes? – Las claves para diferenciar los distintos sabores

Históricamente el agua ha sido catalogada como un elemento insípido. El propio Aristóteles ya apuntó allá por el año 330 antes de Cristo que aquello que era considerado como bebida de los dioses carecía de sabor alguno. Una corriente de opinión a la que también se sumarían filósofos y pensadores en eras posteriores.

En la actualidad existen estudios científicos que sugieren que el neocórtex cerebral responde a estímulos relacionados con la ingesta de agua. El sabor resultante después de beberla es a veces la continuación de un aroma precedente, como puede ser ese efecto dulce que se produce en nuestro paladar tras comer alimentos salados. Además, diversas investigaciones posteriores han reforzado todavía más la idea de la existencia de células sensoras de agua en mamíferos, por tanto, el debate está servido.

Expertos catadores clasifican el agua en base a seis características principales: apariencia, olor, aroma, sensación, sabor posterior e impresión general. En Europa, el agua destaca por su marcado sabor. Contiene una mineralización que se perciben desde el primer instante mientras que el agua pura encontrada en manantiales como Modal Kilden apenas tiene sabor.

Desarrollar un paladar para apreciar las propiedades del agua mineral es similar al mismo procedimiento en enología. El agua, al igual que sucede con el vino, absorbe aquellos componentes con los que entra en contacto. En este caso lo hace a medida que va filtrándose por las grietas de la tierra hasta llegar a su fuente final.

A la hora de realizar catas y saber diferenciar correctamente los distintos adulterantes de sabor que hay en el agua, debemos tener en cuenta una serie de factores.

Temperatura

Los expertos recomiendan una temperatura media de 15ºC para poder saborearla correctamente. Cualquier alteración por debajo o encima de esa referencia afecta indudablemente a su sabor.

 Mineralización

El agua procedente de un manantial también varía considerablemente debido a la cantidad de minerales que alteran sus propiedades, aportándole un sabor más intenso. Nordic Life es tan pura y baja en TDS que su sabor es totalmente neutral.

Química

El magnesio y el calcio contribuyen a endurecer el agua lo cual supone todo un desafío para entornos culinarios. Por otro lado, un agua más suave afecta negativamente a la repostería ya que la falta de calcio perjudica al desarrollo de las moléculas del gluten. Un exceso de calcio suaviza el sabor y aporta sensación a leche, el magnesio tiende a amargar, el sodio da un toque salado y el hierro aporta esa sensación tan típica de estar bebiendo de una vieja tubería.  Este efecto es debido a la presencia de metales pesados en el agua. En altas cantidades, el hierro puede incluso ir acompañado del lead, otro metal altamente tóxico.

Desinfectantes

El uso de ciertos tipos de tratamientos de agua también afecta a su composición desarrollándose un sabor medicinal nada agradable

Filtración

Aunque los filtros retiran sabores indeseados del agua también eliminan aquellas sustancias positivas que dan lugar a ese sabor tan distintivo.

 TDS

Aguas minerales con altos contenidos de residuo seco tienden a restar sabor tanto a vinos de calidad como a otras bebidas complementarias. Por este motivo, Nordic Life es la opción perfecta para no estropear una agradable degustación de vinos, cócteles y licores.

Destilación

Este tipo de métodos en los que se separan moléculas adulteran todo su sabor convirtiéndola en un elemento plano e insípido.

Fuente

El agua de superficie es muy variables debido a diferentes agentes externos como la lluvia, tipo de sustrato y otros vertidos. Sin embargo el agua obtenida en lagos subterráneos y algunos manantiales está más aislada y por tanto tiene mayor estabilidad. En todos estos recipients naturales abundan una serie de sales minerales disueltas que aportan ese toque tan invariable como característico.

Recuerda que si tienes la opción de probar diferentes tipos de agua también debes tener en cuenta el tipo de envase del que bebes. El vidrio y el plástico tipo PET en el que por ejemplo se sirve Nordic Life son las opciones más recomendables. Si decides almacenar algunas botellas, debes buscar zonas donde no haya luz directa sobre el envase y también el tipo de temperarura de la habitación donde vayas a hacerlo. Intenta consumir el agua embotellada antes de que pase un año ya que no tiene demasiado sentido adquirirla por su pureza para posteriormente guardarla durante periodos prolongados. No obstante, las fechas de caducidad se calculan en base a plazos de rotación de stock y por tanto beber agua una vez expirada la fecha indicada no es prejudicial para la salud aunque si es recomendable consumir esas botellas lo antes posible.

Si tienes la oportunidad de elegir, no olvides que beber saludablemente está en tus manos. El Mercado es amplio pero porque jugártela si puedes tomar el camino más corto hacia la pureza y la sostenibilidad. El agua natural Nordic Life conserva todas sus propiedades de origen, sin adulterantes ni aditivos, tan pura y cristalina como el día que fue obtenida de su fuente.

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