El espacio del tiempo en televisión está ante una nueva era. Ha pasado de ser un mero espacio de cierre en un telediario a convertirse en un formato propio en el que las grandes marcas se pelean por patrocinar. Un hecho hasta ahora insólito en pantalla. Ainhoa González es una de las abanderadas de este nuevo fenómeno televisivo. La bella y sonriente presentadora es la imagen del tiempo en Telemadrid y ha querido compartir con nosotros una divertida charla en la que se muestra fascinada con su momento profesional.
El agua de Nordic Life es parte de ese ciclo hidrológico que por tu profesión tan bien conoces, pero cuéntanos, ¿Como surge la meteorología en tu vida profesional?
Desde muy joven he trabajado en televisión compaginando al principio mi carrera como modelo con la de presentadora y labores periodísticas. De una forma natural, se encauzó todo hacia contenidos puramente informativos. En televisión he manejado diferentes contenidos antes de llegar a la meteorología: magacines, agendas de ocio y cultura, telediarios, programas de investigación… el espacio del tiempo surgió como nueva oportunidad, y no me lo pensé dos veces.
¿Cómo se vive este cambio de rol desde dentro?
Es muy estimulante comprobar que nuestro trabajo no sólo corresponde a una información que interesa al público, sino que además podemos ofrecer contenidos más amplios, relacionados principalmente con el medio ambiente y la ecología. Creo que esta nueva era de información meteorológica está en conexión con el cambio de mentalidad respecto a nuestro entorno. Y también ha cambiado la relación con el espectador: la cercanía y el entretenimiento no están reñidos con ofrecer una información profesional, y esa es la línea que está cobrando más fuerza en los espacios meteorológicos. No encorsetar tanto el espacio y ser más naturales es algo que yo personalmente agradezco.
¿Necesitaste familiarizarte en tiempo record con los cumulonimbos y compañía?
De no haber manejado terminología meteorológica a dar el parte pasó prácticamente una semana. Bien es cierto que en mis inicios con el tiempo recibía la información y sólo tenía que cambiar el discurso para hacerlo mío. No era yo quien generaba los mapas o decidía la previsión que iba a contar. Pero esa etapa fue la que me sirvió para formarme en el tema y aprender a descifrar los elementos que se manejan. Hoy en día desarrollo la labor completa, de principio a fin, con todas las consecuencias que conlleva esa responsabilidad…
¿Es muy diferente en preparación a otros espacios que has conocido?
No es tan diferente porque, al fin y al cabo, todo gira en torno a la actualidad, pero sí tiene detalles muy particulares. Cuando haces un espacio informativo de cualquier tipo el contenido es -hablando en líneas generales- simplemente eso, información; pero en los espacios del tiempo tenemos muy presente que lo que contamos genera un interés a menudo personal, ya que puede condicionar incluso decisiones respecto a actividades al aire libre, por poner un ejemplo. Esta característica da una sensación mucho más próxima con el espectador. Y esa sensación de cercanía, de complicidad, vertebra todo el espacio. Aparte, los programas meteorológicos tienen como material principal los mapas que creamos y lógicamente eso los hace diferentes, ya que visualmente es un “lenguaje” televisivo completamente independiente del resto.
¿De qué otros formatos te gustaría participar algún día?
El arte en general, la literatura, el cine y la música… son contenidos que me atraen especialmente, y ya he tenido experiencias anteriores. Un programa de actualidad de ocio y cultura, con un punto de vista moderno y diferente, sería un formato que me encantaría no sólo presentar, sino también involucrarme totalmente en su gestación.
¿Al salir del trabajo miras inconscientemente al cielo?
Lo hago, muy a menudo, y además siendo consciente. Y no para fijarme desde un punto de vista meteorológico sino sólo por el disfrute de la contemplación. Y animo siempre a quienes tengo al lado a que lo hagan. Me encanta contemplar el cielo, la naturaleza es un regalo, y creo que deberíamos frenar un poco y mirar más hacia arriba; ayuda a relajarse, a tomar otra perspectiva de las cosas. Tiene un efecto sanador.
¿Habías oído hablar alguna vez de residuo seco antes de probar el agua natural de Nordic Life?
La verdad que sí. Desde hace muchos años, y es un factor determinante a la hora de elegir el agua que bebo.
¿Eres de las que te acuerdas de beber agua durante el día?
Si, porque siempre tengo una botella de agua a mano, e intento convertirlo en un gesto mecánico.
Conservas una imagen impecable ¿Qué importancia tiene la vida saludable en tu día a día?
Es primordial, pero no sólo por la apariencia. Sentirte sano por fuera y por dentro ayuda a ser feliz, a encontrar nuestro equilibrio. Primero: somos lo que comemos (y bebemos); y segundo: por mucho que cuides tu cuerpo, si tu interior no está en armonía no servirá de nada. Soy consciente de que hay una relación directa y en mi día a día busco ese equilibrio. Aunque tengo que reconocer que mi apariencia es más fruto de una buena genética que del esfuerzo; eso tengo que agradecérselo a mis padres. Nunca he hecho ningún tipo de dieta y el deporte no es lo mío precisamente. Intento comer sano, aunque no me privo de caprichos.
¿Hay algo que antes pudieras comer/beber y ahora evites?
No hay nada que me haya prohibido comer. Pero ahora sí soy más consciente que antes; evito en la medida de lo posible comidas preparadas y trato de controlar el consumo de azúcares. Lo que ha cambiado es la percepción: no es que ahora me preocupe más, pero antes lo relacionaba más con el aspecto físico, con la posibilidad de aumentar de peso, y ahora lo que me importa es su efecto nocivo en la salud.
¿Practicas algún deporte que nos puedas contar?
Antes hacía pilates, natación… pero en estos momentos no encuentro el momento para mantener una rutina. Me resulta difícil por mi horario de trabajo.
¿Algún deseo profesional que te quede por cumplir?
Prefiero que el destino me sorprenda, porque hasta el momento siempre lo ha hecho de forma positiva, así que confío en él. Sea lo que sea, pondré toda mi ilusión y trataré de hacerlo lo mejor posible: es la única técnica que conozco. No tengo deseos profesionales específicos, sólo ser feliz con lo que haga. Creo que esa es la mejor expectativa que se puede tener y ya me siento afortunada con lo que he vivido por ahora.